sábado, 18 de febrero de 2017

Joseph Roth: LA LEYENDA DEL SANTO BEBEDOR

Mi experiencia con la lectura de este relato breve fue mágica: cayó en mis manos gracias a una confusión con el autor. Un día, en el trabajo, Greta (nombre ficticio) y yo hablábamos de literatura, concretamente de la última adjudicación del premio Nobel a Bob Dilan. A mi compañera y a mí nos parecía excesivo que lo otorgaran a Bob Dylan. ¿Cómo podían conceder semejante galardón a, con todo respeto y consideración, un letrista de música popular, estando escritores tan valiosos como, por ejemplo, Murakami o Roth? Entonces dije que nunca había leído a Roth, que era algo que tenía pendiente, y ella me contestó que la entusiasmaba, que me iba a dejar un libro suyo, ofrecimiento que acepté encantado. Y lo hizo. Sólo que Greta y yo hablábamos de dos Roth distintos: ella se refería a Joseph, y yo a Philip Roth. Uno ucraniano, el otro estadounidense, no tenían nada que ver entre sí. Pero acepté el reto de todas formas.